El desierto del Sahara toca el sureste de Marruecos y se extiende desde las fronteras con Argelia y Mauritania hasta las montañas del Atlas. Sin embargo, contrariamente a lo que mucha gente piensa, el Sahara no es un mar de dunas que cubre el norte de África, de hecho, la zona de dunas es minoritaria en todo el paisaje, compuesta en su mayoría por suelo rocoso y árido que ellos llaman «hammada». Los lugares donde la arena forma grandes dunas se denominan «erg» y en Marruecos solo existen dos: Erg Chebbi y Erg Chigaga. Son los paisajes más buscados por los viajeros y los más alejados de las principales ciudades de Marruecos, por lo que visitarlos lleva unos días y requiere mucha paciencia durante el trayecto. Sin embargo, ¡merece muuuucho la pena!

Su mejor apuesta es ir con un conductor privado, ya que conducirá en un SUV con menos huellas que la carretera principal. Esto te permitirá ver lugares a los que la mayoría de la gente no puede llegar, encontrarte con nómadas o superar cualquier obstáculo sin dificultad. También puedes acudir seguro con alguien de confianza que conoce muy bien la zona, habla árabe y te ayudará con cualquier gestión que tengas que hacer (hoteles, restaurantes, compras…). Viajar con locales siempre es un factor importante, ellos te dirán lo que quieres saber sobre sus costumbres y cultura, y te llevarán a los lugares más interesantes.

Si decides alquilar un coche tú mismo, tendrás más libertad para hacer lo que quieras, pero es una libertad relativa porque estarás limitado por tu desconocimiento del terreno y gastarás más. El dinero va donde tú marcas. en la ruta te cansas, las distancias son largas y los caminos monótonos, excepto el Atlas. También hay viajes organizados para grupos, pero creemos que esta es la peor opción. Te llevarán a los lugares más turísticos, te ajustarás a sus planes y horarios, y pasarás por los lugares de interés sin empaparte del ambiente local.